Cómo se edita una inscripción
La edición crítica de las inscripciones tiene como principal objetivo proporcionar a los estudiosos el acceso, de manera eficaz y estandarizada, a las características principales de una inscripción, tanto en lo que se refiere a su soporte, como al texto que está escrito sobre este. Con el fin de que la edición sea lo más estandarizada posible, se utilizan una serie de normas internacionalmente aceptadas para editar el texto, sobre todo en lo referente a la resolución de siglas y abreviaturas, así como en la restitución de aquellas letras o palabras que se hayan podido perder con el paso del tiempo.
Es muy importante utilizar correctamente los signos diacríticos, con el fin de que cualquier estudioso que consulte la edición de una inscripción sea capaz de entender, sin necesidad de ver la fotografía de la misma, qué letras se conservan sobre la inscripción, qué palabras están abreviadas, dónde se ha producido una pérdida parcial del texto, etc. La mayoría de los epigrafistas suelen utilizar, con ligeras variantes en algunos países, el llamado «sistema Leiden». El nombre se debe a que este sistema de signos fue acordado en 1931 por los filólogos que estudiaban los papiros griegos antiguos en un congreso científico celebrado en Leiden (Países Bajos). Con algunas variaciones menores, el sistema Leiden de signos diacríticos es el que se emplea en la publicación de los dos corpora epigráficos más importantes para la epigrafía latina y griega, el Corpus Inscriptionum Latinarum (CIL) e Inscriptiones Graecae (IG).
Desde el siglo XIX hasta nuestros días, la ciencia epigráfica ha avanzado mucho. Y esto es algo que podemos percibir comparando cómo se editaba una inscripción hace más de cien años y cómo se hace ahora. Para que tú mismo compruebes esta evolución en el método científico de la epigrafía te proponemos que examines atentamente las fotografías que tienes más abajo, que corresponden a una inscripción romana procedente de una de las necrópolis de la antigua ciudad de Clunia, que estuvo situada en la actual provincia de Burgos. Después de estudiar las fotografías, compara cómo fue la primera edición de esta inscripción en el volumen II del Corpus Inscriptionum Latinarum, publicado en Berlín en 1869, y cómo fue editada en 1987. También puedes comprobar cómo aparecen registradas en algunas bases de datos epigráficas disponibles en la web, como Hispania Epigraphica On-line (HEpOl) y la Epigraphische Datenbank Heidelberg.
Es muy importante utilizar correctamente los signos diacríticos, con el fin de que cualquier estudioso que consulte la edición de una inscripción sea capaz de entender, sin necesidad de ver la fotografía de la misma, qué letras se conservan sobre la inscripción, qué palabras están abreviadas, dónde se ha producido una pérdida parcial del texto, etc. La mayoría de los epigrafistas suelen utilizar, con ligeras variantes en algunos países, el llamado «sistema Leiden». El nombre se debe a que este sistema de signos fue acordado en 1931 por los filólogos que estudiaban los papiros griegos antiguos en un congreso científico celebrado en Leiden (Países Bajos). Con algunas variaciones menores, el sistema Leiden de signos diacríticos es el que se emplea en la publicación de los dos corpora epigráficos más importantes para la epigrafía latina y griega, el Corpus Inscriptionum Latinarum (CIL) e Inscriptiones Graecae (IG).
Desde el siglo XIX hasta nuestros días, la ciencia epigráfica ha avanzado mucho. Y esto es algo que podemos percibir comparando cómo se editaba una inscripción hace más de cien años y cómo se hace ahora. Para que tú mismo compruebes esta evolución en el método científico de la epigrafía te proponemos que examines atentamente las fotografías que tienes más abajo, que corresponden a una inscripción romana procedente de una de las necrópolis de la antigua ciudad de Clunia, que estuvo situada en la actual provincia de Burgos. Después de estudiar las fotografías, compara cómo fue la primera edición de esta inscripción en el volumen II del Corpus Inscriptionum Latinarum, publicado en Berlín en 1869, y cómo fue editada en 1987. También puedes comprobar cómo aparecen registradas en algunas bases de datos epigráficas disponibles en la web, como Hispania Epigraphica On-line (HEpOl) y la Epigraphische Datenbank Heidelberg.