La escritura capital cursiva
Junto con la letra capital, ya sea cuadrada o libraria, convivió otra variante gráfica de la escritura latina, que se empleó, sobre todo, para documentos escritos sobre soportes perecederos, como el papiro o las tablillas de cera (tabulae ceratae), aunque también se utilizó para escribir los grafitos sobre las paredes de los edificios públicos o privados, e incluso, en algunos diplomas militares realizados en bronce. Algunos autores llaman a esta escritura "cursiva romana antigua" por oposición a la "escritura común nueva", que se desarrolló a partir del siglo II d. C., sin derivar de esta que aquí nos ocupa, aunque durante un tiempo se creyó que se trataba de una mera evolución.
El rango distintivo de la escritura capital cursiva es, valga la redundancia, su trazado cursivo, que lo aleja de las formas más asentadas de las capitales cuadradas o librarias. Las capitales cursivas aparecen a menudo ligadas entre sí, con alturas desiguales incluso en una misma línea. Es una letra trazada con rapidez, como hacemos nosotros hoy en día cuando escribimos una nota sobre un papel o un letrero sobre una pared. Frente a las capitales cuadradas o librarias, que eran dibujadas previamente sobre la piedra o el metal, antes de ejecutarse con el cincel y martillo, las capitales cursivas están realizadas directamente de manera espontánea, sin ningún esmero por la caligrafía, en ocasiones incluso, de manera descuidada.
En Epigraphia3D tienes un magnífico ejemplo de la escritura capital cursiva en un ladrillo de barro procedente de Itálica (Santiponce, Sevilla) en el que alguien reprodujo con un instrumento punzante, quizá un simple palo, el comienzo de la Eneida de Virgilio: Arma virumque cano, Troiae qui / primus ab oris Italiam fato profugus Laviniaque v[enit]...
El rango distintivo de la escritura capital cursiva es, valga la redundancia, su trazado cursivo, que lo aleja de las formas más asentadas de las capitales cuadradas o librarias. Las capitales cursivas aparecen a menudo ligadas entre sí, con alturas desiguales incluso en una misma línea. Es una letra trazada con rapidez, como hacemos nosotros hoy en día cuando escribimos una nota sobre un papel o un letrero sobre una pared. Frente a las capitales cuadradas o librarias, que eran dibujadas previamente sobre la piedra o el metal, antes de ejecutarse con el cincel y martillo, las capitales cursivas están realizadas directamente de manera espontánea, sin ningún esmero por la caligrafía, en ocasiones incluso, de manera descuidada.
En Epigraphia3D tienes un magnífico ejemplo de la escritura capital cursiva en un ladrillo de barro procedente de Itálica (Santiponce, Sevilla) en el que alguien reprodujo con un instrumento punzante, quizá un simple palo, el comienzo de la Eneida de Virgilio: Arma virumque cano, Troiae qui / primus ab oris Italiam fato profugus Laviniaque v[enit]...