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Casos y declinaciones


El latín es una lengua muy flexiva, esto es, con muchos cambios formales que sirven para indicar las diferentes personas del verbo y los diferentes tiempos. Además, el latín no sólo indica los cambios de género y de número en los nombres y adjetivos, sino también el cambio de papel sintáctico. Es decir, el latín tiene casos y, mediante ellos, reconocemos las distintas funciones de los nombres en la oración.

Los casos que vemos habitualmente en latín son:

Nominativo. Se utiliza para el sujeto de una frase, así como para el atributo. Por ejemplo: el niño es bueno.
Vocativo. Se emplea para hacer una interpelación. Por ejemplo: niño, ven.
Acusativo. Se utiliza para el objeto directo y, cuando va precedido de alguna preposición, para el complemento circunstancial. Por ejemplo: amo al niño; voy a Roma.
Genitivo. Se emplea para expresar el complemento del nombre. Por ejemplo: el padre del niño.
Dativo. Se utiliza para el complemento indirecto. Por ejemplo: da pan al niño; la carta es para el niño.
Ablativo. Se utiliza para expresar el complemento circunstancial, en ocasiones sin preposición o con ella. Por ejemplo: Vino con el niño.

Además, el latín distingue entre singular y plural. Y respecto al género, además del masculino y del femenino, tienen un género reservado para las cosas inanimadas: el neutro.

Los nombres en latín se distribuyen en cinco declinaciones. Todos los nombres que pertenecen a la misma declinación tienen igual las desinencias de sus casos (nominativo, vocativo, etc.) y lo único que varía es la raíz o lexema de la palabra. En las inscripciones seleccionadas en esta web, podrás comprobar que la mayoría de las palabras y nombres que aparecen mencionados en ellas se declinan por la 1ª, 2ª y 3ª declinación.

Para conocer los diferentes casos de las cinco declinaciones latinas te recomendamos los siguientes recursos de la web de Carlos Cabanillas:
  • Primera declinación
  • Segunda declinación
  • Tercera declinación
  • Cuarta declinación
  • Quinta declinación
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