Los ritos
Algunos de los principales ritos que servían para vehicular la relación entre los dioses y los hombres eran:
- La oración
- El voto
- El sacrificio
- Los auspicios
La oración
Los creyentes se dirigían a los dioses para suplicarles que les concedieran lo que se quería por medio de una oración. En una religión politeísta como la griega o la romana, en la que cada acción humana o natural quedaba bajo la potestad de un dios diferente, había que dirigir la oración a la divinidad a la que correspondía la demanda. A veces no era seguro cuál era el dios correspondiente y entonces se dejaba indeterminado o se dirigía a varios dioses, a veces incluso a todos los dioses. La oración comenzaba para invocar al dios por su nombre, a menudo con sus epítetos. A continuación se le suplicaba los favores más o menos específicos que se querían obtener: buenas cosechas, prosperidad para la patria o la familia, el amor de la persona amada, evitar males...
El voto
A fin de convencer a los dioses, el ruego para pedirles un deseo se reforzaba a menudo con la promesa de realizar alguna acción en su honor: ofrecer un sacrificio, construir un templo, levantar una ara o una estatua. Una vez se ha cumplido lo que se ha suplicado al dios, el creyente está en la obligación de llevar a cabo su promesa, a riesgo de provocar la ira divina. Muchas inscripciones testimonian actos realizados en cumplimiento de un voto (ex voto): en ellas se indica el dios a quien se ofrece (en dativo), el objeto que se da, mencionado de forma indeterminado (donum, sacrum) o concreta (templum, aram, statuam). Otra fórmula frecuente era votum solvit, a veces acompañado de animo libens. Entre las formas verbales que indican ofrenda hay dedit 'ha ofrecido' y posuit 'ha levantado'.
Abreviaturas:
D.D.: donum dedit: ‘ha ofrecido su ofrenda’
S. o SAC : sacrum ‘objeto sagrado’
V.S.: votum solvit ‘se ha liberado de su voto’
A.L.: animo libens ‘de buen grado’
Abreviaturas:
D.D.: donum dedit: ‘ha ofrecido su ofrenda’
S. o SAC : sacrum ‘objeto sagrado’
V.S.: votum solvit ‘se ha liberado de su voto’
A.L.: animo libens ‘de buen grado’
Los sacrificios
La ofrenda de un ser vivo, vegetal o animal, sirve para reforzar la súplica dirigida a un dios o para agradecer un voto ya concedido. Los sacrificios eran variados:
- libación: se vertía un líquido, como vino, miel o leche.
- sacrificio incruento: de origen vegetal como los primeros frutos de una cosecha o una simple torta de cereales.
- sacrificio cruento: se mata un animal doméstico, desde una gallina sacrificada en un altar familiar hasta miles de toros inmolados por el Estado en ocasiones extraordinarias. Posteriormente se descuartizaba el animal: los arúspices examinaban las entrañas para ver si era una víctima perfecta. Luego, si todo estaba correcto, se quemaban sobre el altar las entrañas con algunos trozos de carne para el consumo del dios. El resto de la carne era cocinada y con ella celebraban un banquete sagrado quienes habían participado en el sacrificio, en comunión con la divinidad.
Los auspicios
Los auspicios eran el rito que obligaba a los magistrados comprobar mediante los augures y sus técnicas si las decisiones políticas y militares estaban de acuerdo con la voluntad de los dioses. Los augures empleaban diversas técnicas: interpretaban el vuelo de las aves, la manera en la que comían las aves sagradas, los rayos y los truenos...